Descripción
Esta joya navideña se guarda y se exhibe cada año al público en la iglesia parroquial de Santa María de Sábada, construida en 1757 y declarada Bien de Interés Cultural con categoría de monumento. De ella destaca su llamativa torre, y en el interior, además del citado nacimiento, un retablo neoclásico y un muy expresivo Crucificado renacentista de fines del s. XVI.
El templo se encuentra en lo alto de la preciosa villa costera de Lastres, que escalona su caserío sobre el acantilado y cuyo conjunto histórico tiene también el reconocimiento de Bien de Interés Cultural. Esta localidad dista 4 km de la villa de Colunga (capital del concejo o municipio asturiano de igual nombre).
El de Lastres, un belén con historia que posee un complejo y sorprendente mecanismo de 1940 y recibe cientos de visitas anualmente, logró el premio «Urogallo» que le concedió el Centro Asturiano de Madrid en 1993.
Consta de doce bloques ensamblados, sin percibirse las uniones. Del techo penden ángeles, estrellas, luna, sol, arco iris... que conforman un conjunto digno de contemplar.
Sus figuras aparentemente no tienen nada de excepcionales, pero la admiración se consigue con sus combinaciones de luces, esos amaneceres y crepúsculos tenues y progresivos. Una diminuta máquina eléctrica —aún la original—, de la que salen miles de metros de cables, va en periodos de veinte minutos produciendo y dando vida a todos los fenómenos atmosféricos de un día de invierno ordinario, sin cambios bruscos. Pocas personas conocen el entresijo de su mecanismo, pues siempre se cuidó mucho de no divulgarlo. Quizá ya haya otros de parecidas características, pero éste fue el pionero. Este sistema, después de tantos años de existencia, aún sigue causando admiración a quien lo contempla.
DATOS SOBRE EL ORIGEN Y CONTINUIDAD DEL BELÉN DE LASTRES
Enrique Granda
Lastres 28-02-1993
Este Belén, que actualmente goza de gran prestigio por sus peculiaridades, data de 1940. Fue construido en su totalidad por la familia hermanos Victorero Lucio, de esta parroquia. Anteriormente ya poseían otro más reducido y menos sofisticado y que montaban en su propia casa. A la vista del interés que despertaba aquél entre los niños y mayores que acudíamos a verle a su casa decidieron idear otro más completo, más amplio, y llevarlo cada año a la propia iglesia parroquial para que fuese contemplado por todos. Así comenzó a gestarse este propósito que no se hizo esperar, y concretamente en 1941 se instala en la capilla del Cristo, dentro de nuestra iglesia de Santa María de Sábada.
La superficie que ocupa es exactamente de doce metros cuadrados y está compuesto de doce bloques de escayola de un metro cuadrado cada uno. El conjunto de estos bloques, perfectamente ensamblados entre sí, compone la silueta de un pueblo árabe con sus llanos, colinas, lagos, etc. El relieve de la superficie descansa sobre unos bastidores de madera y por el subsuelo del mismo discurre un entramado de tendido eléctrico que en conjunto hacen unos dos mil quinientos metros lineales de cable, con sus correspondientes aislantes antiguos de loza y que afluye a la superficie para iluminar casas, caminos, hogueras y figuras, sin ser vistos los puntos de luz y sin que haya riesgo de cortocircuitos [...] La máquina, también eléctrica, con unas excéntricas a modo de un eje cigüeñal, va dando paso, con unos contactos muy tenues al principio y más intensos posteriormente, al ciclo completo del día y en el transcurso de unos diez minutos se suceden todos los ciclos de nuestro día solar y acompañado de todos los fenómenos meteorológicos, desde la salida del sol, de la luna, aurora boreal, crepúsculo, arco iris, estrellas, etc. Todo acontece sin que el visitante apenas se percate de ello. Es todo tan tenue y discreto que pasa de un momento a otro sin apenas persuadirse del acontecer.
Unas 390 figuras y unas 80 casas y palacios componían en su origen el complicado belén, quizás ahora hayan sido alteradas en su cantidad. Unas doscientas ochenta lámparas, entre bombillas y guirnaldas, alumbran la buena nueva.
En líneas generales, salvo algunas renovaciones necesarias, se mantienen todos los materiales e instalación inicial. [...].
La familia Victorero Lucio lo instalaba previamente en el garaje de su casa antes del traslado al templo parroquial, para ensayar cualquier innovación que como todos los años introducían en el mismo y ver así su correcto funcionamiento. Esta instalación se hacía ya en el mes de octubre con todo el tiempo necesario para corregir cualquier imprevisto. Seguidamente era desmontado y colocado en sus bandejas de madera, debidamente numeradas y trasladado la primera semana de diciembre a la iglesia en «andas» por los obreros de su fábrica de máquinas Victoria, que eran unos veinte hombres. Todos participaban en el traslado y posterior montaje, si bien sólo eran ellos mismos, Agustín, Antonio y Ángel Victorero Lucio, los verdaderos artífices; más tarde y cuando ellos ya se veían viejos y con menos ánimos para proseguir la obra, fueron dando paso a los que más tarde deberían ser sus continuadores, y si bien todos los obreros podían ser capaces de instalarlo, el más adiestrado fue Víctor Victorero Conlledo, el que más tarde siguió fielmente instalando el belén desde 1964 hasta que le sorprendió la muerte en 1991. He de romper una lanza a favor de Víctor. Este señor no tenía nada que mejorar respecto a los progenitores del belén, pues era tan detallista y con la misma iniciativa, aunque con menos recursos económicos, que los artífices del belén. Este hombre hubo de instalar un «cepo» pidiendo ayuda económica a los visitantes para ayudarse en la adquisición de materiales para su instalación.
Al fallecimiento inesperado de Víctor se planteó el problema: ¿Quién se va a ocupar de la instalación del belén de Lastres? Aunque algunos de obreros supervivientes de la antigua fábrica de máquinas Victoria aún podían colaborar, en su mayoría eran personas mayores. A alguien se le ocurrió la idea de que un pequeño grupo de jóvenes que en su día habían colaborado con Víctor anualmente en su montaje, acaudillados por el joven «Faustinín», podrían ocuparse de la continuidad del mantenimiento de esta obra que, aunque no es indispensable, sí es muy interesante para nuestra parroquia, por el interés que despertó durante más de medio siglo de su existencia. Desde entonces, hace ya tres años, es Faustino Díaz y un grupo de chavales los que se vienen ocupando de su montaje y mantenimiento. [...]
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